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Scrum ha dejado de ser solo una metodología para equipos de TI. Hoy en día, se aplica en múltiples áreas —desde desarrollo de software y proyectos de infraestructura, hasta marketing y recursos humanos— como marco de trabajo ágil para entregar valor de manera rápida y continua.

Sin embargo, surge una pregunta común en las empresas: ¿cómo sabe la dirección si Scrum realmente está funcionando?

Aquí es donde el rol del Scrum Master cobra protagonismo. No se trata únicamente de facilitar ceremonias, eliminar impedimentos o cuidar la cultura ágil, sino de presentar métricas claras y estratégicas que demuestren el impacto de Scrum en los objetivos del negocio.

El reto de las métricas en Scrum

En entornos ágiles, medir puede ser complicado. A diferencia de proyectos tradicionales (donde todo gira en torno a entregables y cronogramas), Scrum se basa en la adaptabilidad.
Esto genera dos retos principales:

  1. Demostrar valor con indicadores no tradicionales: no basta con mostrar cuántas historias de usuario se completaron, sino explicar qué impacto tuvieron en el negocio.
  2. Comunicar en lenguaje de negocio: los directivos no necesitan saber cada detalle técnico, sino cómo el trabajo del equipo se traduce en ahorro, velocidad de entrega y satisfacción del cliente.

Por eso, el Scrum Master debe seleccionar métricas que sean simples, relevantes y accionables.

 6 métricas clave que todo Scrum Master debe presentar a la dirección

  1. Velocidad del equipo (Team Velocity)

La métrica más utilizada en Scrum. Mide la cantidad de trabajo completado en un Sprint (normalmente expresado en puntos de historia).

  • Por qué es clave: permite estimar la capacidad real del equipo y proyectar la entrega de funcionalidades futuras.
  • Cómo presentarlo a la dirección: mostrar la velocidad promedio de los últimos 5 Sprints, para evidenciar consistencia o mejora.
  • Ejemplo narrativo: “Nuestro equipo entrega en promedio 45 puntos por Sprint. Esto significa que la funcionalidad del portal de clientes estará lista en dos iteraciones, alineada con la fecha de lanzamiento programada.”
  1. Burndown Chart (gráfico de trabajo pendiente)

Visualiza el progreso del Sprint o del proyecto, comparando trabajo pendiente vs. tiempo disponible.

  • Por qué es clave: detecta de inmediato si se está avanzando al ritmo adecuado.
  • Cómo presentarlo a la dirección: mostrar el gráfico en la reunión de revisión de Sprint y explicar si la curva sigue la trayectoria esperada.
  • Ejemplo narrativo: “Nuestro burndown muestra que vamos un 10% atrasados respecto a lo planeado, debido a cambios de prioridad solicitados por el cliente. Estamos ajustando el backlog para equilibrar la carga.”
  1. Lead Time y Cycle Time
  • Lead Time: tiempo desde que se solicita una tarea hasta que se entrega.
  • Cycle Time: tiempo desde que una tarea comienza hasta que se completa.
  • Por qué son clave: reflejan la eficiencia del flujo de trabajo y permiten identificar cuellos de botella.
  • Cómo presentarlo a la dirección: comparando periodos (ej. trimestre actual vs. anterior) para mostrar mejoras.
  • Ejemplo narrativo: “Reducimos nuestro Lead Time de 25 a 20 días gracias a un refinamiento más claro del backlog. Esto nos permite entregar valor al negocio un 20% más rápido.”
  1. Defectos detectados y calidad del producto

Un indicador de calidad fundamental: número de bugs/incidencias encontrados antes y después de la entrega.

  • Por qué es clave: no sirve de nada entregar rápido si lo entregado tiene baja calidad.
  • Cómo presentarlo a la dirección: dividir defectos internos (detectados en QA) vs. externos (reportados por el cliente).
  • Ejemplo narrativo: “En este Sprint, el 85% de los defectos fueron detectados antes de llegar al cliente, lo que redujo los costos de soporte en un 30%.”
  1. Valor entregado al negocio (Business Value Delivered)

Mide qué tanto el trabajo realizado contribuye a los objetivos estratégicos de la empresa.

  • Por qué es clave: conecta Scrum con métricas de negocio como ingresos, satisfacción del cliente o reducción de costos.
  • Cómo presentarlo a la dirección: asignar un valor relativo a cada historia de usuario entregada (ej. impacto en ventas, ahorro en horas de soporte).
  • Ejemplo narrativo: “En el último trimestre, el 60% del backlog entregado está vinculado directamente al objetivo de aumentar la retención de clientes.”
  1. Satisfacción del equipo y stakeholders

Scrum es también cultura. La motivación del equipo y la satisfacción del cliente interno son métricas clave.

  • Por qué es clave: equipos satisfechos entregan más valor; clientes satisfechos impulsan la adopción de Scrum.
  • Cómo presentarlo a la dirección: encuestas rápidas post-Sprint (ej. escala de 1 a 10).
  • Ejemplo narrativo: “El nivel de satisfacción del equipo subió de 7.2 a 8.6/10. Esto ha reducido la rotación y mejorado la estabilidad del equipo.”

 

 Otras métricas recomendadas según la madurez ágil

  • Throughput: número de tareas completadas por Sprint.
  • Predictibilidad: porcentaje de compromisos del Sprint cumplidos.
  • Costo de demora: cuánto pierde el negocio por cada día que se retrasa una funcionalidad.
  • Customer Satisfaction Score (CSAT): satisfacción directa de los usuarios finales del producto.

Estas métricas permiten ampliar el análisis cuando la empresa ya tiene una cultura ágil más madura.

 Mejores prácticas para presentar métricas a la dirección

  1. No mostrar métricas técnicas sin contexto
    Un gráfico bonito no sirve de nada si no explica el impacto.
  2. Crea dashboards ejecutivos
    Usa Power BI, Jira o herramientas ágiles para construir paneles simples con semáforos de avance (verde, amarillo, rojo).
  3. Cuenta una historia con datos
    Cada métrica debe responder:
  • Qué pasó.
  • Por qué pasó.
  • Qué acción se recomienda.
  1. Conéctalas con objetivos estratégicos
    Ejemplo: “Reducimos el Lead Time en 15%, lo que significa que el cliente tendrá acceso antes a la nueva plataforma de autoservicio, alineada con la meta de digitalización de este año.”
  2. Sé transparente, incluso con problemas
    Mostrar riesgos genera confianza y permite a la dirección tomar decisiones a tiempo.

 

Un Scrum Master no es solo un facilitador de ceremonias. Es un comunicador estratégico que traduce el trabajo del equipo en métricas que la dirección entiende y valora.

Al presentar indicadores claros como velocidad, calidad, valor entregado y satisfacción, se logra algo más que mostrar números: se construye una narrativa que conecta la agilidad con los objetivos de negocio.

En definitiva, los datos bien contados son la prueba de que Scrum no solo organiza el trabajo: transforma la forma en que la empresa genera valor.

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